En la senda de la reescritura o la literatura en segundo grado.
Este volumen no es un compendio de textos de creación al uso, sino, en la línea abordada por Raymond Queneau, doce ejercicios de estilo que plasman la íntima relación entre la teoría literaria y la práctica de la escritura, además de la convergencia ―posible y siempre enriquecedora― de la investigación y la innovación docente[1].
Durante los cursos 2021/2022 y 2022/2023 impartí la materia Prácticas textuales. Escritura dramática en el Grado en Ciencias del Lenguaje y Estudios Literarios, de la Universidad de Vigo. En ella desarrollamos un proyecto de reescritura en clave teatral, orientado al desarrollo de competencias esenciales en nuestro ámbito, como la capacidad de reflexión sobre el hecho literario, el sentido crítico, la valorización de la tradición cultural, la reivindicación de los títulos colocados en los márgenes del canon y el cultivo de la expresión escrita en las diferentes manifestaciones que los contextos, académico y de creación, determinan.
Tras un trabajo teórico, de estudio de la tipología de los monólogos, la fábula, los caracteres y el pensamiento de la teoría aristotélica, la verosimilitud, la estructuración dramática…, iniciamos la redacción individual de un texto encuadrado en unas coordenadas temáticas muy concretas. El eje común de todas las creaciones fueron los personajes femeninos mencionados en la más antigua poesía cancioneril castellana conservada, un número, no menor, de mujeres evocadas o aludidas por los poetas cortesanos de finales del siglo XIV y principios del XV. Entre ellas, son bien conocidas las reinas, las infantas o las nobles a las que se dedican las composiciones, pero nada o muy poco se sabe de las demás, mujeres anónimas en muchos casos, que han sido objeto de trabajo en varios proyectos de investigación en los que me integro y que, al amparo de los mismos, hemos individualizado y repertoriado (seguimos haciéndolo) en la sala MULIER de la biblioteca digital TECER, que coordino[2].
Diferentes voces de MULIER, bien con su impronta en la historia de Castilla y Aragón, bien con la invisibilidad de que las ha revestido tanto su humilde condición y el paso de los siglos como el hecho de ser mujeres, han sido el punto de partida para los ejercicios de estilo que ha llevado a cabo el alumnado de Escritura dramática, que les ha dado voz en primera persona para expresar, desde la perspectiva del siglo XXI, las inquietudes y las reivindicaciones de quienes fueron materia literaria hace ya más de seiscientos años.
Los monólogos de este libro son palimpsestos genettianos, literatura en segundo grado tras la que se descubre el entramado sutil de las reescrituras que, desde el medievo mismo, han dado consistencia literaria a los personajes históricos o anónimos que se aluden. Cada una de sus autoras y autores, en el presente académico y docente en el que surge esta propuesta, como los novelistas y los dramaturgos que aún hoy acuden a idéntica temática en sus obras de creación[3], encuentran en el personaje elegido para protagonizar sus textos un hilo magnético de atracción mutua. Han llamado la atención, especialmente, las mujeres-reinas (Catalina de Lancaster, reina de Castilla; Leonor de Alburquerque, reina de Aragón) y las reinas-mujeres (María de Castilla, reina de Aragón; Juana Manuel, reina de Castilla); damas llegadas de lejanos países y pasados inciertos (Angelina de Grecia); una juglaresa musulmana y pobre (la juglara Rosa); diferentes mujeres del mismo nombre (Catalina) o bien maliciosamente señaladas con su apellido (Constanza Frisoa), objeto de burlas en los juegos poéticos que desarrollan distintos poetas; una influyente intelectual en la Sevilla de su tiempo (la abadesa de San Clemente) y una reconocida poeta de la que no se han conservado sus versos, pero sí los testimonios de renombrados autores que se refieren a ella con admiración (Isabel González). De todas se han rescatado los rasgos esenciales que la historia o la poesía nos permiten conocer y, desde tantas perspectivas como monólogos, se han convertido en cajeras de hipermercado, cantantes que despuntan, escritoras que sufren agorafobia, consultoras de relaciones personales, empresarias aguerridas, maestras infelices en los felices 20 del siglo pasado, profesoras en las brumosas tierras del norte y terratenientes en el lejano oeste, pero también en ecos llegados del futuro al pasado mitológico, en juegos literarios y de identidad. No son pocas ni, desde luego, demuestran cobardía en lo que dicen o hacen. Estas son sus historias; y también las de sus autoras y autores, a los que Sancha, Catalina, Constanza, Isabel, Leonor, María, Angelina, Rosa… han elegido para seguir vivas.
[1]Este libro se inscribe en el ámbito de la innovación docente del grupo ALITES (Actualización en literatura española) de la Universidad de Vigo y deriva de la investigación al amparo del proyecto de I+D+I «Entorno cortesano y orígenes de la poesía de cancionero: creación, difusión y pervivencias» (referencia: PID2022-136346NB-I00), financiado por MCIU / AEI / 10.13039 / 501100011033 / y FEDER, UE.
[2] La sala MULIER, nombres de mujer en la poesía tardomedieval castellana (https://te-cer.es/listado-mulier/) forma parte de la Biblioteca Digital TECER (https://te-cer.es/).
[3] Véase al final de este volumen un listado de los títulos actuales protagonizados por algunas de las mujeres que reescriben estos monólogos.
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